Bioemprender es un viaje en barco de vela.
Versión original de 2014 + comentarios EZ en 2024.
Esta entrada fue publicada originalmente el 2014 en el blog personal de Diego Belmar (Done Properly CStO) y es re-publicada aquí como la segunda entrada del blog sumándole los comentarios de Eduardo Zavala después de casi 10 años de experiencia/ sobreviviendo bioemprendiendo. «mis comentarios se ven así».
Por definición emprender es comenzar algo, por ejemplo un viaje o una empresa. Pueden parecer dos cosas distintas, pero en ambos casos el emprender nos plantea la misma pregunta: ¿Viajamos en un tren o en un barco a vela?
Hoy por hoy está muy de boca el “emprendimiento” como una forma de buscar nuevos horizontes laborales y a la larga ser tu propio jefe, sin ataduras ni dependencias más allá de ti mismo. «EZ: Puedo confirmar que vivir sin ataduras es la peor forma de describir mi vida emprendedora hoy en día».
Vivirlo es genial, te enseña más que cualquier facultad de la universidad y es una experiencia que te marca, pero ahí esta el dilema que veo nos enfrentamos hoy: Hay que vivirlo para entenderlo. ¿Porque lo digo? porque el mundo te obliga a viajar en tren, pero tener tu propia empresa es más bien subirse a un barco a vela. ¿Porqué lo digo? La respuesta es simple, en este viaje no existen rieles fijos y firmes que te lleven a tu destino, si no que estas expuesto a las condiciones del clima y el océano mientras viajas hacia donde quieres llegar.
Viajar en barco es ser flexible y adaptable
Al emprender tu propia empresa partes con una idea, la que trabajas para encontrarle todas las aristas posibles y sus potenciales. Esa idea la llevas a un prototipo, la pruebas y terminas sacando conclusiones que te llevan a seguir desarrollándola. Todo hasta aquí es muy romántico, pero en este camino uno se ve enfrentado a muchas cosas que jamás imagina y nadie te advierte, pero que de emprendedor a emprendedor puedo decir que de verdad van a pasar.
Entonces, ¿por qué ocurren los cambios en el viaje? Porque todo parte de una idea y tener una idea es tener la noción de algo. Por lo tanto, tener una noción dista mucho de ser una verdad absoluta. ¿Se entiende? Tener una noción nos da el espacio para que debamos buscar disminuir la incertidumbre y es en esa búsqueda cuando el emprendedor se ve obligado a ser flexible, adaptarse a los cambios y a continuar.
Buscar capital, obtener permisos, establecer como producir, fijar un precio, saber qué es lo que quiere el cliente, y una larga lista de otras cosas «EZ: elegir bien a tus co-founders, elegir donde vas a operar la empresa, se pierde el digipass y el ejecutivo del banco no te responde, preparar los directorios, que la tía de la vecina de la persona que necesitas se rompió la pierna y entonces mejor veámoslo en una semana más , etc, etc, etc, etc» son todas variables de las que tenemos nociones cuando emprendemos, pero que en el camino se van aclarando y nos van enseñando que a veces hay que elevar las velas, modificar el rumbo o alivianar la carga. No se trata de olvidar el puerto al que queremos llegar, si no a que el océano del mundo real nos presenta desafíos que no conocemos y que nos llevan a tener que modificar nuestro plan de viaje «EZ: So fucking real 🧨».
Por lo mismo, no hay que enamorarse de las ideas. Una idea tiene y debe evolucionar; al final debe enfrentar todos los cambios que le prepara el mar. Enamorarse de ella solo lleva a estancarse y no dejar que siga su curso natural.
No eres el único que lo ha tenido que hacer
Siempre parece un poco lejano tomar como ejemplos a las grandes compañías multinacionales, pero siempre es bueno mencionarlas porque al fin y al cabo son el emprendimiento que alguien decidió iniciar en algún momento y vivieron muchos de los problemas que hoy los nuevos emprendedores enfrentamos, como lo es esto de tener que ir cambiando de rumbo como un barco a vela. Y esto se da mucho en la industria tecnológica, ya que la velocidad con que avanza obliga a que estos fenómenos se den más seguido que en otras industrias.
Por ejemplo, en 1938 la omnipresente Samsung partió como una exportadora de frutas, verduras y pescado, pero al poco andar decidieron poner más esfuerzo en el desarrollo y mantenimiento de la maquinaria que utilizaban para esa tarea1. El resto ya lo conocemos.
Otro ejemplo, IBM partió en 1911 como una empresa de maquinaria para cortar carne y queso; en 1944 cambió a la producción de computadores; en 1981 creó el IBM PC que es el por el cual hoy la computación de consumo es lo que es; en 2005 se deshizo de su división de manufactura de PC; y hoy, en 2014, se plantea como una compañía de consultoría tecnológica, manejo y análisis de datos y proveedor de soluciones cloud2. ¿No es esto ir adaptándose a como cambia la navegación?
¿Y alguien que no lo logró? Kodak. Esta empresa nunca pudo ver que las cámaras digitales estaban entrando muy fuerte al mercado, creyendo que siempre las películas analógicas iban a ser las usadas por todo el mundo. En 2012 tuvieron que declararse en banca rota y hoy luchan por no desaparecer definitivamente3.
Este viaje son miles de historias para contar
Al final emprender involucra la adaptación al cambio, a viajar en un barco a vela. Generalmente sabemos a donde vamos, pero en el camino hay un sin fin de variables que van haciendo que nuestra ruta cambie suave o bruscamente. De eso se trata, de ser flexible, adaptarse, luchar y llegar a puerto con un montón de historias que contar sobre el viaje.
«EZ: Esta entrada de blog que escribió Diego para mi siempre ha sido muy importante, ya que la analogía que construyó es una forma muy didáctica y sencilla pero también muy real de lo que implica emprender en proyectos de ciencias de la vida. Quise recuperarla, con su permiso, para que vuelva a estar disponible para otros emprendedores del área y que, de a poco, les ayude a entender que la decisión que toman de dedicarse a esto, no solo implica todo lo que esta entrada comenta, sino que además, y después de casi 10 años trabajando en este mundo, las implicancias se mantienen y se multiplican miles de veces»
1. http://es.wikipedia.org/wiki/Samsung ↩
2. http://www.maestrosdelweb.com/principiantes/la-historia-de-ibm/ ↩
3. http://noticias.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/empresas/cinco-grandes-empresas-que-no-supieron-adaptarse-a-su-tiempo-y-fracasaron_kFBOn074c8Bdi2riOwi596/ ↩
Kodak inventó la cámara digital y no supieron cambiar rumbo. No fueron capaces capturar el nuevo universo que despertó con sus innovaciones, a diferencia de Fujifilm, que mantuvieron su núcleo de R&D, pero se adaptaron en desarrollar soluciones tecnológicas de especialidad y hasta el día de hoy son especialistas en óptica digital.
Mantener capacidades dinámicas es algo cultural de la organización que no se debe perder en el tiempo, sino tarde o temprano se te acaba el viento.